Busquemos la verdad
Rebeca
Becerra
Tegucigalpa M.D.C 3 de marzo de 2011
La Revolución es la unión de todas las personas honradas
La Revolución es la unión de todas las
personas honradas, la gran unión de todas las personas útiles, de todas las
personas estudiosas, de todas las personas dignas, de todas las personas que
producen para el pueblo; bien produzcan bienes materiales, bien sea el obrero
que levanta un edificio para una fábrica, o para una escuela, o para un
hospital; bien sea un músico que entretiene al pueblo, que toca en una fiesta,
que divierte al pueblo, que emociona al pueblo; bien sea un maestro, o un
profesor, o un médico, o un ingeniero, o un arquitecto, o un artista que
realizan trabajos útiles para el pueblo.
Y la Revolución es eso: la gran congregación,
la gran unión,
la gran hermandad de todas las personas
útiles, honradas y dignas del pueblo.
Fidel, 28 de septiembre de 1961
No
podemos vivir de falsas imágenes que traicionan nuestra capacidad de conocimiento
y nuestro razonamiento. El ser humano ama y lucha por la verdad porque somos
una de esas realidades. Es cierto que somos libres de teorizar, libres de
conjeturar, pero también es verdad que es un crimen utilizar teorías,
conjeturas y creencias, como medios verdaderos para vivir de la miseria y la
ignorancia de nuestros semejantes.
Dos
hombres han plasmado la verdad en unas cuantas palabras “Amaos los unos a los otros”, “si
tienes dos túnicas dadle una a tu hermano” dijo Jesús; Abraham Lincoln
expresó “El gobierno del pueblo, por el
pueblo y para el pueblo”. Verdades dichas cada una en un tiempo y espacio
diferente. En ellas no existe el sectarismo, la discriminación, el interés
material y el divisionismo. Conceptos de unidad de vida y de fe como éstos
fortalecen nuestro espíritu para vivir. Son palabras que se convierten en
cuerpos llenos de esperanza, valores morales y propósito prioritario del ser
humano del presente y del futuro. Somos ciudadanos del mundo e hijos de una
libertad natural organizada por afinidades –también– natural; esto significa una batalla que
librar, un reto que afrontar, antes que sea demasiado tarde y los
falsificadores de la verdad histórica, se decidan por su estupidez a retarnos a
un duelo a la destrucción de la vida en el planeta, amenaza que ya cierne en
nuestras puertas. Una nueva forma de resistencia ha nacido y una nueva
estrategia humana fortalece al nuevo propósito de la humanidad. La lucha es hoy
la lucha por la igualdad de beneficios, igualdad en el poder, igualdad de
géneros e igualdad económica. La misión del ser humano entonces es conocer
inevitablemente la verdad.
La
lucha se da entre grandes sectores sociales por un lado los que sostienen la
verdad como verdad, y otros, sectores que sostienen la mentira como mentira.
Pero la verdad es real, científica y objetiva: es la esencia de la armonía y el
equilibrio del universo. La práctica de la verdad para el ser humano es el
lenguaje que le permite reengendrarse con la naturaleza para sobrevivir en su
medio ambiente. Sólo la mentira alimenta la mentira. La mentira no resiste
análisis, comprobación, porque ella no es objetiva, si no irreal; de ella sólo
conocemos sus efectos criminales e indignos; la voracidad y la tiranía. La
verdad es inocultable, indestructible, infinita y comprobable; vive en permanente
proceso, es el fenómeno conocido, la investigación comparada; es el aire que
respiramos, la luz que nos brinda calor, el agua que mitiga nuestra sed, la
tierra que nos alimenta. Entonces todo lo que no es verdad es antagónico y
discordante.
Como
seres humanos nos es imposible renunciar a la verdad quizás a unos/as más que
otros/as porque la verdad edifica, construye, mueve al mundo justificando su
existencia, lo transforma, mueve la vida justificando su evolución; es una
puerta de entrada a lo conocido y por qué no a lo desconocido. El ser humano
como parte de la verdad, es forma y contenido, química, biología, materia en
movimiento, materia pensante, relación psíquica, evolución, energía; pero
siendo la única materia pensante capaz de transformar y transformarse ¿seguirá siendo un cándido párvulo de un
eterno predicamento? Avanzamos, seguro que lo hacemos, me pregunto si
cabalgando sobre la verdad, aunque todo lo conocido sólo siga siendo premisa en
el tiempo y en el espacio.
El
ser humano se ha aterrorizado a sí mismo a través de la historia sometiendo
siempre a otros/as con motivaciones falsas, mentirosas, demagógicas, egoístas;
con estas armas de increíble efectividad inhumana ha consolidado en el campo
social fines determinados, planes concretos en el campo económico, ventajosos y
útiles para los adoradores de la mentira con gran algarada y fantasmales multitudes
humanas amorfas.
Pero
tenemos una ventaja, la mentira es transitoria, histórica y coyuntural; es
conceptual y consuetudinaria; se alimenta de la ignorancia y el oportunismo,
del salvajismo y la indiferencia; como una actitud personalista ajena al
realismo universal. Pero ojo, ésta deforma al ser humano, lo aparta de su
medio y de sus fundamentales objetivos, arrastrándolo a un mundo metafísico de
somnolientas esperanzas jamás irrealizables, jamás alcanzables y jamás
conocibles.
Ha
perdurado tanto la mentira a lo largo de la historia que esta ha progresado a
niveles creíbles y aceptables, esto en la propia educación del ser humano. Esta
falsa realidad corresponde a determinados intereses de un grupo social, en
detrimento de las libertades de otro grupo subordinado, sometido a un espejismo
subjetivo que jamás nos dará la experiencia necesaria para revelarnos y todos
aquellas expresiones, tal vez más agradables y entendibles como: correr la
cortina, quitar la máscara, correr el velo, dejar ver, vaciar el costal o dar
un cuarto al pregonero y superarnos contra nuestro histórico enemigo
y contra un sistema corrupto, que evidentemente nos corrompe/deforma. ¿Qué
futuro construye la mentira?, ¿cuáles son sus realidades?, ¿dónde está su obra?
La mentira como mentira es incapaz de hacer la cabeza de un alfiler; mora en el
cerebro de aquellos/as donde sólo tiene cabida para anidar las serpientes con
el fin de alimentar su infernal espíritu. Claro está que esto es lo que más
conviene a sus intereses, les brinda la comodidad de los bienes creados que lo
aparta del verdadero ser humano que lucha, el ser humano que se rompe el pecho,
abrazándose tenazmente a la naturaleza que lo mantiene con vida.
Es
necesario entonces encontrar en nuestras contradicciones formas de resistencia,
formas de supervivencia y formas de desarrollo.
Debemos convertirnos en una fuerza unificada porque en estos años y los
próximos la lucha no tendrá fronteras ni dimensiones en el ruedo mundial, ya lo
estamos viviendo.
“Sólo a través de la toma del poder se libera
a un pueblo”
Nelson Mandela
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