El gobierno de facto y la cultura
Rebeca Becerra
Tegucigalpa M.D.C agosto
de 2009
Publicado en:
isla_negra.zoomblog.com/.../la-moral-del-gobierno-de-facto-Rebeca-.html
ar.keegy.com/tag/castro/popular/5/
fabricioestrada.blogspot.com/.../el-gobierno-de-facto-y-la-cultura.html
voselsoberano.com/.../index.php?...el-gobierno-de-facto-y-la-cultura
alainet.org/active/32665&lang=pt
www.tortillaconsal.com/tortilla/node/3122
-
La
visión que se tiene ahora de la cultura desde la institucionalidad, después del
golpe de Estado el 28 de junio de 2009 cuando personas, organizaciones,
instituciones gubernamentales, medios de comunicación, patrimonio cultural se volvieron vulnerables ante la ignorancia no
solamente de quien usurpa el cargo del Dr. Rodolfo Pastor Fasquelle en la
Secretaría de Cultura, Artes y Deportes sino de quiénes enviaron a Myrna Castro
a ocupar dicho cargo, forma parte del pensamiento ultraderechista de ver la
cultura como una mera manifestación folklórica destinada a ser una mercancía
más. Es incompresible, para el régimen de facto, entenderla como sistema
cultural, comprenderla en sus dos aspectos el material y el espiritual.
Características
de las dictaduras de los años 60 en América Latina fue el atropellamiento
que sufrieron artistas y escritores, igualmente sucedió con proyectos e
instituciones de investigación científica; ahora tienen en la mira el Instituto
Hondureño de Antropología e Historia (IHAH).
En
casos como el que estamos viviendo la cultura se convierte en un proyecto
ideológico alejado de la realidad social, tanto rural como urbana por lo que la
diversidad cultural, la cultura popular, todo el patrimonio cultural material e
inmaterial se encuentran en grave peligro de desvalorización, división y
desaparecimiento para integrarse o someterse a la cultura que impone la clase
dominante y en este caso retrógrada.
Este
control sobre la cultura es una capacidad de decisión sobre los elementos que
la conforman: materiales, intelectuales, de organización, simbólicos,
espaciales, religiosos, valores, reglamentación jurídica, etc., por lo tanto también
de la historia misma, porque la cultura en sí tiene un propósito social. El
control puede darse en su totalidad o por medio de un proceso, que a todas
luces ha comenzado en Honduras con el golpe de Estado. La imposición de una
cultura venida de un poder dictatorial socaba las bases de la nacionalidad
verdadera por un falsa creada y divulgada a través de los medios de
comunicación, que a excepción de los años 80, hoy se encuentran totalmente
aliados al gobierno de facto y al poder militar para mentir la realidad.
Con
una visión diferente, la ultraderecha y su “cultura” representa sus propios
intereses, es una cultura inventada que permite la explotación de los pueblos y
tiene sus propias voces que bendicen a los que pregonan que la literatura de
autores y autoras nacionales es subversiva y hay que quemarla, sacarla de las
bibliotecas públicas, pero también hay aquellas o aquellos que guardan silencio
y los hace cómplices de esta barbarie.
La
otra, la cultura diversa, intelectual, popular, progresista representa una
amenaza a la hegemonía, presupone un proceso de cambio. Ésta puede convertirse
en elemento de liberación, en elemento de lucha, elemento de resistencia.
Antes
del golpe de Estado la cultura de los grupos étnicos, se encontraba en una
reafirmación de su identidad en diferentes aspectos y tomando fuerza su
representatividad ante el Estado que de una u otra manera les había escuchado,
se estaban reforzando las identidades locales. La Secretaría de Cultura, Artes
y Deportes (SCAD) impulsaba un proceso de democratización y descentralización
económica-institucional de la cultura con la creación de los Consejos
Regionales de Cultura, a través de los cuales se pretendía fortalecer con
recursos económicos la cultura local y regional, principalmente las manifestaciones
culturales populares, además de potenciar la creación y la producción cultural-artística.
Asimismo
democratizar la cultura a través de los Centros de Desarrollo Artístico Popular
(CEDAPS), la organización de más bibliotecas públicas en los municipios más
pobres del país y cárceles penitenciarias; promoción de la lectura,
organización de Casas de la Cultura, incremento de publicaciones a través de la
Editorial Cultura, apoyo a creadores, respeto y apoyo a la diversidad cultural,
rescate de espacios físicos para la cultura, creación de la cinemateca nacional
como archivo depositario del patrimonio fílmico y audiovisual producido en el
país, programas culturales en Radio Nacional de Honduras, hoy tomada por el
gobierno de facto. Impulsando una estrategia para la preservación,
administración y difusión del patrimonio documental de la Nación conjuntamente
con el Instituto Hondureño de Antropología e Historia (IHAH).
En
cuanto a materia de legislación se entregaron al Congreso Nacional la Ley de
Fomento a la Cultura y las Artes, Ley General de Archivos en la cual la SCAD y
el IHAH participaron ampliamente en la propuesta, que había sido presentada
desde el mismo Congreso Nacional; se dotó de personerías jurídicas a los
Consejos Regionales de Cultura y varias asociaciones culturales locales a nivel
nacional. Con el Centro Regional para el Fomento del Libro en América Latina,
España y Portugal CERLALC comenzábamos a organizar ideas para una ley de las
bibliotecas, el libro y la lectura y para un plan nacional de lectura. Procesos
que hoy han sido paralizados completamente. La cultura nacional, presa de la
dinámica histórica, queda sujeta a un voluntarismo político retrógrado.
Según
la Constitución de la República en sus Artículos 172 y 173 expresa que el Estado
es el protector de la riqueza cultural del país en todos sus ámbitos y en la Ley para la Protección del Patrimonio Cultural de Nación
Decreto 220-97 en su CAPÍTULO VII DELA RESPONSABILIDAD EN LA EJECUCIÓN DE
ESTA LEY Artículo 28, establece que la ejecución responsable de esta ley
estará a cargo de la Secretaría de Cultura, Artes y Deportes y el Instituto
Hondureño de Antropología e Historia; por lo tanto además de violar la
Constitución de la República en materia cultural también se está violando la Ley para la Protección del Patrimonio Cultural de Nación
y todas las convenciones internacionales suscritas por Honduras ante la UNESCO
relacionadas con la cultura, esta violación va desde el nombramiento de Myrna
Castro —de ignorado
curriculum en materia científica, artística o literaria—, ante las cámaras
televisivas del mundo, evidenció que nunca en su vida ha abierto un libro:
condenó como subversivas obras fundamentales del acervo literario del país. (Delitos
de Lesacultura: Helen Umaña: 2009). Despido del Viceministro de Cultura
Salvador Suazo miembro de la etnia garífuna y encargado en la SCAD de emprender
proyectos en materia de diversidad cultural. Acto que se convierte en violación
de los derechos de los pueblos indígenas y afrodescendientes a ser partícipes
de los procesos de democratización. Despido ilegal de personal técnico en
Direcciones estratégicas de la Secretaría de Cultura como la Dirección General
del Libro y el Documento (Rebeca Becerra-Directora General, Nathalie
Roque-Directora de la Hemeroteca Nacional), Dirección de Planeamiento y
Evaluación-(Isadora Paz-Directora General). Cancelación de la participación de
Honduras como país invitado al Festival
del Caribe: Fiesta del Fuego en Santiago de Cuba, donde habría una
representación de 200 personas incluyendo grupos étnicos, cultura popular,
artistas y escritores. Declaración de Myrna Castro a la prensa internacional
que las 136 bibliotecas públicas que integran la Red Nacional de Bibliotecas
Públicas dependencia de la Dirección General del Libro y el Documento han sido
financiadas con fondos del ALBA y que son foco de diseminación del pensamiento
socialista o comunista. Hasta acciones para militarizar la Antigua Casa
Presidencial, monumento de patrimonio nacional con el fin de montar un centro
de operaciones para los reservistas en caso de guerra civil; edificio donde actualmente
funciona el Centro Documental de Investigación Histórica de Honduras conformado
por el Archivo Nacional de Honduras (Dependencia de la Dirección General del
Libro y El Documento), la Biblioteca Especializa y el Archivo Etnohistórico del
Instituto Hondureño de Antropología e Historia (IHAH). Se han obstaculizado
todos los proyectos destinando los fondos para la contratación de activistas
políticos carentes de conocimiento sobre la labor que desempeñaba la Secretaría
de Cultura. Cancelación de las campañas de promoción a la lectura a través del
proyecto del Bibliobús. Cancelación de la organización de 6 bibliotecas
públicas en diferentes departamentos del país. Cancelación de las publicaciones
de la Editorial Cultura. El último paso canallesco es el Despido ilegal del Dr.
Darío Euraque-Gerente del Instituto Hondureño de Antropología e Historia (IHAH).
Si
el golpe de Estado no se revierte en un tiempo estimado permitirá socavar las
instituciones culturales. Los generadores de cultura, confiamos que la
enculturación en nuestros pueblos étnicos y la cultura popular encuentre la
fuerza necesaria para sobrevivir ante este proceso que cada día se agudiza más.
La cultura hondureña siempre ha estado agraviada por los procesos invasivos,
políticos, económicos e ideológicos; ha sufrido la fatalidad que ha sufrido
nuestra historia.
Pueden
echar mano de la institucionalidad de la cultura pero jamás de la actividad
creativa de los y las artistas: la actitud de pensar y de soñar, armas
peligrosas para la dictadura.
No hay comentarios:
Publicar un comentario